Flan de toda la vida

Hay recetas de toda la vida. Esas que cuando las saboreás, te llevan en un rápido viaje de aromas y sabores de tu infancia.
El flan es, sin dudas, uno de ellos. Pero hacer un flan bien logrado, no es tan fácil como se cree. Contrariamente a la creencia popular de que, cuántos más agujeritos tiene el flan es más rico, o “casero”, un buen flan, se aprecia por su untuosidad en boca, y porque en su interior no tiene agujeritos. ¿Cómo lograrlo? Seguí leyendo!

Para unos 10 flanes medianos.
- Comienza haciendo un caramelo, con 250g de azúcar a fuego suave. Retiralo apenas tenga un color dorado, porque si no, se transformará rápidamente en amargo.

- Colócalo en el fondo de la budinera o flaneras individuales.

- Coloca en una olla 550cc leche con 300g de azúcar, y llevá a ebullición.

- Mientras, batí 4 huevos y 3 yemas. Cuando rompa el hervor, agregá la leche despacio al batido de huevos, batiendo bien para incorporarla.

- Verter la mezcla en la budinera o flaneras.

- En una fuente de horno, colocá una base de papel absorbente. Éste y la temperatura del horno, son los secretos para evitar los agujeritos! Cuando se hace flan a baño María, la ebullición del agua hace que se muevan los moldes y se generen burbujas internas. El papel impedirá la vibración de los moldes.

- Cubrí el papel con agua caliente, tapá los moldes con papel aluminio y colocalos en la fuente con agua. Llevalos a un horno precalentado a 130 grados por 40 minutos aproximadamente, o cuando al insertar un palillo, salga limpio. Llevar a la heladera y desmoldar una vez fríos.

¡A disfrutar!

Receta: Instagram "Cocina para disfrutar sabores"